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Ángel Garraza
Viernes, 3 de marzo 2023, 01:59
Sin descuidar el aspecto defensivo, después de que el Mirandés dejara su portería a cero en la última jornada frente al Leganés y de que en los tres encuentros anteriores los rivales le marcaron un tanto cada uno, Etxeberria, tal y como ha podido comprobar EL CORREO, busca recuperar en los entrenamientos las señas de identidad en el capítulo ofensivo con el fin de incrementar los acercamientos al área rival con el mayor número de efectivos y, por lo tanto, las posibilidades de reencontrarse con el gol, aspecto que se ha echado en falta en las últimas citas.
Se trata de lograr el anhelado, por todos los equipos, equilibrio defensa/ataque para conseguir el objetivo, que no es otro que la permanencia en la categoría. El eterno dilema de la manta corta, que te cubre la cabeza pero te deja los pies al descubierto. Sin embargo, si este Mirandés (al igual que el de las últimas temporadas) se ha caracterizado por algo es por su faceta anotadora, por la calidad que exhiben los jóvenes jugadores en la vertiente ofensiva. Por su juego alegre, dinámico y atractivo para el espectador, rasgos que no se han plasmado en sus últimas comparecencias. Ni, sobre todo, ante el cuadro pepinero, ni frente al Tenerife.
Tampoco es que se prodigase en exceso en mostrar su fútbol contra el Villarreal B, pero al menos solventó ese duelo con un favorable 2-1. Lo importante es que los rojillos ganaron, pero las sensaciones de un equipo más atascado que de costumbre cuando encara el marco contrario se han detectado en los últimos duelos.
Poner remedio. Ese es el reto aprovechando la buena línea que mantienen los hombres encargados de defender la meta propia, en especial los centrales Barbu y Álex Martín, dos futbolistas de los más destacados en este tramo del campeonato, como así se ha podido comprobar en las últimas semanas. Su trabajo y el del resto de compañeros posibilitó que, al menos, el Leganés se fuera de Miranda sin ver puerta.
El entrenador mirandesista insiste en los ensayos de estos días en la necesidad de recuperar la pelota a la mayor brevedad posible. Para ello, en las sesiones aprieta a sus pupilos para que desarrollen una presión alta e intensa con el fin de ahogar al adversario en su campo y de poder tener el balón cerca del área del equipo contrario.
Es la forma más rápida de llegar y de protagonizar más acercamientos de los realizados en los últimos partidos, en los que terminó a cero su casillero de goles anotados. El reto es volver a estar más cerca del gol. Recuperar juego, ideas, ocasiones, presencia en la zona decisiva y puntería.
No solo Raúl García, el máximo realizador (suma once dianas) que marcó la última vez contra el filial 'groguet' desde el punto de penalti, sino el resto de efectivos de un bloque en el que hasta hace pocas semanas el máximo premio estaba muy repartido entre diez jugadores.
No se descarta que al margen de la presión, el equipo rojillo utilice mañana un sistema en el que dos delanteros compartan línea de ataque con el propósito de que el ariete cedido por el Betis esté más acompañado. En el estadio Heliodoro Rodríguez López, ante el Tenerife, ya empezó así el encuentro, con Pinchi junto al pichichi mirandesista.
El futbolista gallego podría jugar a su lado o incluso conforme avance el choque y en función del resultado, Jofre o el propio Simón Moreno, quien, de ser así, reaparecería 16 meses después.
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