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Ángel Garraza
Viernes, 28 de abril 2023, 00:09
Cuando toca avanzar la posible alineación de la jornada, al llegar a los puestos de la medular hay un jugador sobre el que no hay dudas acerca de que su nombre aparecerá en el once inicial: Oriol Rey. Así ha sido a lo largo de toda la temporada. Después, su acompañante en la sala de máquinas podrá variar en función de disponibilidad o cuestiones de índole táctico o de estados de forma. Si está apto es Gelabert, aunque el '10' rojillo también puede jugar en más demarcaciones; Beñat Prados, lo fue en los primeros meses de la temporada (ahora, reubicado como central); en las últimas fechas ha sido Álvaro Sanz, un efectivo que, con minutos, también está aportando; en ocasiones Manu García, apenas jugó Javi Serrano (ahora en el Ibiza)... Pero el futbolista que siempre figura en el cartel de los once elegidos es el barcelonés.
El mediocentro (25 años) se ha convertido en una pieza indiscutible para Joseba Etxeberria. De hecho, es uno de los jugadores más regulares del Mirandés este curso. Lleva una campaña sobresaliente. En la que ha explotado, tras recalar en la anterior en el equipo de Anduva.
Se le achacaba, a veces, falta de intensidad y que bajaba enteros cuando la ocasión requería robar balones y apretar al contrario. Eran argumentos que se utilizaban, principalmente, durante la pasada temporada. Pero la mejoría experimentada por el jugador catalán, otro de los que ha plasmado su progresión en las filas del Mirandés, ha incluido esa faceta del juego, más oscura pero igual de importante o más que cualquier otra que resulte más vistosa para el público.
Constan en su haber, como dato oficial, 193 recuperaciones, lo que supone un 88,5%. Una cantidad significativa. Hasta la fecha ha ganado más duelos cuerpo a cuerpo (122) y aéreos (30) de los que ha perdido (102 y 23 respectivamente). Acerca de las entradas/bloqueos, con éxito ha sumado 38 y en 32 salió ganando el adversario.
Sin que sea su cualidad principal, Oriol Rey ha evolucionado. Hace tiempo que se hace difícil pensar en un Mirandés sin él en el centro del campo. Corta, roba, distribuye rápido y fácil y maneja la zona ancha para que el conjunto rojillo progrese.
Oriol Rey ha dado 1.507 pases. En corto, contabiliza 1.187 de forma satisfactoria y 'sólo' 164 erráticos. El porcentaje no deja lugar a dudas. Sobre los efectuados en largo, 91 llegaron a su destino y 64, no.
También se le pedía, el curso anterior, que se prodigase en combinaciones dirigidas hacia la portería contraria, no tanto hacia atrás, un aspecto importante para mantener la pelota y evitar los contragolpes del rival, pero sin arriesgar demasiado en cuanto a profundidad. Pues bien, esto también lo ha mejorado con creces: las asistencias hacia delante, en las 37 primeras jornadas, alcanzan las 451; hacia atrás, han sido 180. La diferencia, también en este capítulo, es amplia. Dos han sido para propiciar otros tantos goles de un compañero. Sobre la intensidad, ha cometido más faltas (53) de las que ha recibido (35).
Únicamente se ha perdido un encuentro de los 37. El motivo fue obligado: por acumulación de amonestaciones. Ha sido titular en 33 y sustituido en sólo 11, por lo que es un efectivo que acostumbra a terminar los partidos. Tiene fondo físico.
A falta de cinco jornadas para el final de la Liga, ya ha participado más y disputado un mayor número de minutos que en todo el ejercicio anterior. En el 21/22 contabilizó 31 duelos, ahora lleva cinco más; mientras que en minutaje, el curso de su llegada al Mirandés se tradujo en 2.043 minutos; ahora, ha permanecido sobre el césped 2.898.
Si en la competición pasada constaban 14 choques completos, ahora son ya 22. No hay duda de que el de Barcelona ha dado un paso adelante. Así se refleja en sensaciones... y en datos objetivos sobre su participación.
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