Objetivos distintos con dinámicas similares

Coinciden. Las dinámicas de los equipos que se verán las caras en el Ciutat de València no son positivas al menos en cuanto a resultados se refiere. Ni la que arrastra el Levante ni tampoco la del Mirandés. El conjunto de Valencia, más poderoso, tiene marcado el ascenso directo como reto inminente: ocupar una de las dos primeras plazas de la clasificación, de donde está, antes de que arranque la competición de este fin de semana, a un solo punto al situarse en la quinta plaza como integrante del pelotón, apretado, de aspirantes a alcanzar idéntico propósito.

Aparecen cinco candidatos separados por una distancia mínima. No obstante, los de Javier Calleja sólo han obtenido una victoria en sus últimos seis duelos, lo que ha generado incertidumbre y cierto desasosiego en las filas levantinistas y en su entorno.

El equipo de Orriols, pese a no conocer la derrota contra los cuatro primeros (Eibar, Las Palmas, Alavés y Granada), ha sufrido al igual que sus rivales contra el resto de combinados, una circunstancia que le ha impedido desmarcarse del resto. Una situación que se debe, en gran parte, a la falta de gol que tiene la plantilla del técnico madrileño.

A pesar de ser uno de los máximos favoritos a recuperar su plaza en la élite y de disponer de más músculo financiero que la mayoría de contendientes, su principal problema estriba en su peor bagaje anotador cuando es un déficit que, por regla general, arrastran siempre los equipos más modestos. No los 'grandes' de la Liga de Segunda. En cualquier caso, ninguno se ha distanciado del resto. Por ahora. A falta de siete encuentros.

Es lo que ha desencadenado que solo haya contabilizado una sola victoria en sus seis últimas comparecencias: empató a un gol en Ipurua; la semana anterior a ese partido registró los mismos dígitos en su estadio frente al Zaragoza; el triunfo ante el Racing (0-1) es el único en este periodo de tiempo porque las tablas fueron, de nuevo, el signo en su visita a La Rosaleda para medirse con un Málaga ubicado en puesto de descenso (0-0).

Sin tantos, asimismo, terminó su choque como anfitrión frente al Albacete y en Huesca cayó por un claro 3-0. Hay que remontarse a finales del mes de febrero, a la jornada 29, para comprobar su última victoria: 3-1, al casi desahuciado Lugo.

Bien es cierto que solo ha perdido uno de los seis siguientes, pero también que únicamente consiguió tres dianas, un balance que se antoja escaso para un conjunto de las hechuras del granota. De hecho, figura con 38 tantos a favor; el equipo de Anduva suma 40. Por todos estos motivos, espera con urgencias al cuadro de Etxeberria. cosechar un marcador adverso dentro de dos días supondría un traspié importante para los de Valencia.

¿Dónde radica la diferencia principal entre ambos? Aparte de otros muchos aspectos, económico, social, histórico, institucional, etcétera, sobre el césped se detecta en que los anfitriones son los menos batidos de la categoría con 24 dianas recibidas; 20 menos que las que ha encajado el Mirandés.

Mientras tanto, el bloque jabato lleva cuatro choques sin conocer las mieles del triunfo. Es verdad que ha merecido más en la mayoría de los partidos, pero sólo sumó dos unidades de las 12 que se pusieron en juego, por lo que no tiene menos necesidad que su adversario de sumar puntos con el fin de cortar cualquier posibilidad de acercamiento con las posiciones de descenso que marca la Ponferradina.