El club más limpio de Segunda

Cada tarjeta amarilla supone un punto. Los jugadores rojillos contabilizan solo 34 no llegan a dos de media por partido, cuando en esta categoría se ha situado por regla general en las cuatro que saca el colegiado de turno en cada encuentro como consecuencia de otras tantas cartulinas mientras que han visto una roja a causa de una doble amonestación (Cendrós), lo que se penaliza con dos. En total, 36 puntos porque tanto técnicos como dirigentes y la hinchada mirandesista han tenido un comportamiento impoluto y ejemplar.

La clasificación, determinada por el Consejo Superior de Deportes, tiene la intención de premiar a los clubes que se distingan por su Juego Limpio. En este caso, ganará el equipo que menos puntos acumule, puntuándose la tarjeta amarilla con 1 punto; la doble amarilla y expulsión con 2 y la tarjeta roja directa con 3 puntos (si el Comité de Competición dictamina una sanción mayor de tres partidos, se aplicará siempre una puntuación igual a la sanción).

Una vez transcurridas 19 jornadas, solo dos efectivos de la plantilla mirandesista han llegado a cumplir ciclo de cartulinas amarillas. Lo que es significativo. Y ambos son de corte defensivo. El primero fue Cruz, el defensa central que ha jugado casi todos los encuentros en el eje de una zaga compuesta por solo tres hombres y el otro, Rúper.

El navarro, pivote en el centro del campo, acaba de llegar ahora porque será este viernes ante el Mallorca cuando descanse por esta circunstancia tras ver la quinta tarjeta frente al Almería en el último duelo de 2016.

El único que llega ahora a las cuatro cartulinas es el lateral Aurtenetxe y con tres aparecen otros dos defensas: Kijera y Carlos Moreno. Se trata, en definitiva, de un número escaso de amonestaciones cuando está a punto de terminar la primera vuelta del campeonato.

También se suman las sanciones a entrenadores, personas relacionadas con el club y directivos, siendo penalizado cada partido de suspensión a razón de 5 puntos. La afición también es objeto de atención. Así, los incidentes que puedan derivar en multa a los clubes tendrán una calificación que oscila entre los 5 y 7 puntos; y la clausura de una instalación, una penalización de 10 puntos por encuentro.

Y es que aunque no es muy habitual en Segunda División, sí se han producido esta campaña propuestas de sanciones de la Comisión Antiviolencia para seguidores de algunos clubes de la categoría de plata (principalmente por insultos proferidos contra aficiones y ciudades de equipos rivales).

Nada de eso ha afectado al Mirandés, de ahí que si se tiene en cuenta que, además, es el menos amonestado sobre el terreno de juego, la entidad rojilla en su globalidad lidera el espíritu deportivo por delante del UCAM Murcia, que acumula 39 puntos y del Valladolid, que ya suma 43.

El menos limpio y, por lo tanto, el más amonestado es el Nàstic de Tarragona, que llega a los 91 puntos sin que haya terminado aún la primera vuelta.

Llama la atención que el único filial de la categoría, el Sevilla Atlético, sea el segundo peor en esta clasificación. Suma ya 80 puntos, lo que pone de manifiesto la creencia que existe en la categoría de que la forma de actuar del segundo equipo sevillista dista mucho de ser la que se espera de un conjunto de cantera, que está para formarse e intentar subir al primer equipo. Se comporta (plantilla y técnicos, quienes ya han sido sancionados esta temporada) como un conjunto muy veterano. Nada que ver con la concepción de pipiolos que se tiene de las escuadras filiales.

Solo el 3,4% del total

Son 981 las cartulinas amarillas que se han mostrado en Segunda en estos primeros 19 encuentros; las que ha percibido el Mirandés no llegan siquiera al 3,4% del total. Un dato revelador.

Ya la temporada pasada, solo el Numancia se situó por delante en cuanto a deportividad del conjunto de Miranda, que no es la primera vez que se sitúa en lo más alto de esta clasificación.