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Fran Carnicer, en un momento del partido ante el Barcelona B.
«Quejarme sería faltar al respeto al míster y a los compañeros»

«Quejarme sería faltar al respeto al míster y a los compañeros»

Carnicer asegura que «no me cabreo cuando me quita porque estoy aquí por el entrenador, a quien le debo mucho, y sería irrespetuoso con el jugador que entra»

ángel garraza

Lunes, 18 de mayo 2015, 22:28

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El mundo del fútbol vive envuelto en continuos debates. Son una parte esencial de este deporte porque eso demuestra, entre otras cuestiones, que la afición sigue al equipo y está igual de implicada que siempre. Y uno de los que está protagonizando la actualidad del conjunto rojillo, en el plano estrictamente deportivo, tiene que ver con un hecho que se repite de manera asidua en las últimas semanas y que afecta a un jugador: Fran Carnicer. En más de alguna ocasión (el sábado, por ejemplo) se han escuchado pitos en Anduva que servían para mostrar el descontento de parte de la hinchada por entender que el centrocampista no tendría que ser el primer cambio que realiza (no forzado por las circunstancias) el técnico Carlos Terrazas.

Incluso, se ha llegado a decir que el jugador muestra su malestar cada vez que es sustituido y se dirige a la banda. El implicado despejó ayer cualquier duda y respondió con sinceridad cuando se le preguntó sobre si entendía que habitualmente fuera el primer hombre en dejar el rectángulo de juego.

«Es una decisión del míster y hay que atacarla; pero es que el míster me ha dado mucho, me ha dado la oportunidad de estar en Segunda División y sería una falta de respeto para él y para el resto de compañeros que yo me mosquease», afirmó el de Linares.

«No me mosqueo porque me quite; se ha comentado muchas veces eso, que pongo caras de enfado cuando salgo del campo, pero no es verdad. Me enfado por mi partido, porque no me ha gustado alguna acción, pero no me cabreo con él porque sería una falta de respeto para el jugador que va a salir y los que se han tenido que quedar en el banquillo y en la grada».

Así lo manifestó con la intención de aclarar una situación que se ha producido en las últimas semanas después de que desde hace ya unos meses se haya hecho con la titularidad, de la que no disfrutaba al comienzo de la temporada.

Tal es así que ha sido convocado para jugar en 25 partidos; en todos ellos ha disputado algún minuto y en 22 lo ha hecho desde el pitido inicial. Ha sido sustituido en 17 encuentros, el 68% de los compromisos que ha participado en la condición de titular. Es el primer recambio, si bien ha ido cogiendo el aire a Segunda de forma paulatina tras militar en La Hoya Lorca, en Segunda B.

No pensaba, por lo tanto, jugar en la división de plata y hacerse con un puesto en la alineación, que es donde se sitúa desde la octava jornada, cuando debutó contra la Ponferradina. Tras los dos primeros meses prácticamente en blanco, ha permanecido en el once desde entonces, con las excepciones de los partidos que ha tenido que descansar como consecuencia de otros factores (fue expulsado con roja directa en El Molinón y vio dos cartulinas amarillas contra el Recreativo).

Ha progresado en el equipo y se le ve más asentado en la categoría, aunque es consciente de que todavía hay aspectos que debe mejorar para gozar de más continuidad. Pero es notoria su evolución sobre el césped. «Mucha culpa de ello la tiene el míster, que me ha metido en la cabeza lo que él quiere de mí; se lo agradezco e intento dárselo».

Cuando no era de la partida, en el arranque de la competición, indicaba que «todos los días me levanto con la ilusión de poder jugar». Es lo que repite ahora con la intención de poder mantenerse en el equipo. Entre otras razones, porque «no todos los años se tiene la suerte de estar en Segunda; lo que quiero es seguir luchando para seguir aquí».

Es fijo en la alineación, todavía le queda recorrido (tiene 24 años recién cumplidos) y da la sensación de que está a gusto en Miranda, como así reconoce el propio Carnicer. Sabe que cuenta con el apoyo de la grada, que no duda en corear su nombre cada vez que tiene oportunidad. «Me gusta mucho el club y estoy muy metido en el Mirandés», asegura.

Así que si por él fuera, su futuro permanecería ligado al club mirandesista. Subraya que «se parece mucho al equipo donde yo nací» y, añade, «noto que la afición me quiere. Con los compañeros estoy muy bien; a Miranda me he adaptado perfectamente y estoy como en casa».

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