El Mirandés rescata un punto ante el Levante en la locura del Ciudad de Valencia

El balón echaba a rodar puntual en el Ciudad de Valencia y, durante los primeros diez minutos de encuentro, se vio, posiblemente, la mejor versión del cuadro rojillo en lo que llevamos de temporada. Los de Lisci saltaron al feudo granota, uno de los más complicados de la categoría de plata, con muchísima intensidad, dinamismo y el objetivo claro de dominar el cuero con combinaciones veloces. Los duelos caían para los visitantes y el aire hacía estragos cada vez que alguna de las dos escuadras optaba por jugar por alto.

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En el minuto 3, cerca estuvo Ilyas Chaira de conectar un disparo en los aledaños del área pequeña levantinista tras un brillante pase filtrado de Carlos Martín, pero la zaga local estuvo atenta para evitar la ocasión. Los de Lisci adelantaban la línea de presión y sumaban efectivos en campo contrario, tanto es así que, en el minuto 13, Álvaro Sanz se sacó de la manga una asistencia de cuchara al más estilo Iván de la Peña para que de nuevo Chaira, en dos toques, controlase y fusilara a Femenías con pierna derecha.

El cuadro de a orillas del Ebro se adelantaba en el marcador, materializando así con un tanto su gran planteamiento de partido. A partir de este momento, el conjunto de Orriols, marcado por sus numerosas bajas (el meta Andrés Fernández a última hora), igualó la intensidad del duelo y comenzó a pisar área rival. En el 15, González Francés anulaba un gol del joven Álvarez por claro fuera de juego. Siete minutos más tarde, Ramón Juan protagonizaría la parada del partido para evitar que Capa, con un fuerte latigazo a media vuelta, igualase la contienda. Sin embargo, el empate acabó llegando en el minuto 26.

Una falta táctica cometida por Reina en el borde del área fue aprovechada a la perfección por el Levante para colocar el 1 a 1. Kochorashvili ejecutó a la perfección el libre directo, por encima de la barrera, y Ramón Juan cayó preso de su mala posición y no logró sacar el esférico pese a tocarlo con ambas manos. El electrónico se ponía en tablas. Durante el último cuarto de hora de la primera parte, el partido se trabó en exceso. Capa vio la amarilla por un fuerte pisotón a Álvaro Sanz y la única llegada con peligro fue protagonizada por Carlos Martín, que aprovechó un gran pase de la muerte de Rubén Sánchez para rematar a placer, pero lo que parecía un gol cantado fue repelido por Rubén Vezo. Así se llegaba al descanso.

A la vuelta de vestuarios, el Levante saltó al césped con el objetivo de imponer su etiqueta de favorito. En este contexto, Bouldini mandó un cabezazo al travesaño en el minuto 53 aprovechando un preciso centro de Vezo. Los granotas incrementaban el ritmo y el Mirandés, por primera vez en el choque, parecía sufrir.

Sin embargo, como si de un espectáculo de magia se tratase, el partido comenzaría sacarse ases de la manga para sorprender a los espectadores a partirdel 53. Este fue el minuto en el que el exmirandesista Roger Brugué 'Brugui' vio la tarjeta roja directa por un fuerte pisotón que fue revisado en el VAR, ya que en un principio había sido sancionado con amarilla. Los locales se quedaban con un futbolista menos, pero cuando el partido parecía ponerse cuesta abajo para el conjunto de Miranda, como pasara en La Romareda, el Levante sacó las garras y volvió a dar un manotazo sobre la mesa.

En el minuto 62, otro exrojillo, Pablo Martínez, calcó el lanzamiento de falta que se tradujo en el primer tanto para los suyos y puso en ventaja al cuadro de Orriols. De nuevo, Ramón Juan, posiblemente mal posicionado, llegó a sacar el balón, pero lo hizo cuando ya había traspasado la línea de gol. Los valencianos se colocaban por delante con media hora de juego por delante.

A partir de este momento, los pupilos de Alessio Lisci entendieron que no tenían nada que perder y se lanzaron con todo a por el empate. El carril derecho rojillo se convirió en un puñal gracias a Rubén Sánchez, con Gabri jugando por dentro. Martón saltaría al campo en el 69 y Durdov haría lo propio poco después. El gallego Barcia casí vuelve a golear a balón parado, pero su remate a la salida de un corner botado por Reina fue desviado por Femenías. Instantes después era Gabri el que pudo colocar el 2 a 2, pero su testarazo se marchó alto cuando la portería levantinista estaba vacía.

El goteo de ocasiones no cesaba y Carlos Martín, algo ansioso durante el choque, también probó suerte de libre directo en el 76. Su lanzamiento se marchó cerca ddel poste derecho de los locales. El choque avanzaba y, con un Mirandés totalmente volcado, Bouldini aprovechó un balón largo para plantarse delante de Ramón Juan para sentenciar el encuentro. El marroquí, en un claro exceso de confianza, decidió jugársela en solitario, obviando a su compañero, listo para empujar el esférico, y frivolizó tirando una vaselina que fue desviada por el meta mirandesista. A buen seguro, esta acción será recordada por los granotas durante la semana.

El que perdona lo paga, reza una máxima futbolera. De esta manera, en la enésima tentativa de Gabri por banda izquierda, el catalán fue capaz de flotar un balón con veneno al centro del área local. El capitán granota, Postigo, no se entendío con Femenías y acabó sirviendo involuntariamente en bandeja el gol a Javier Martón, bien colocado para empujar el cuero. Empate a 2 en el marcador en el minuto 94. Locura en el Ciudad de Valencia y aún quedaban algunos minutos para tratar de lograr la victoria. Carlos Martín, con un doble disparo, intentó robar los tres puntos en las postrimerías del choque, pero el electrónico no se movería más. El Mirandés suma otro punto en un partido loco, que pudo tanto ganar como perder, y que acabó empatando.