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Ángel Garraza
Miércoles, 26 de abril 2023, 00:01
Todavía no se ha certificado el objetivo de la permanencia, pero se acaricia con la yema de los dedos. A falta de sólo cinco jornadas, con 48 puntos acumulados, a 9 del descenso y ubicado en el undécimo puesto de la clasificación, la sensación que impera, tal y como se reconoce en el propio vestuario rojillo, es que la Liga se le va a hacer corta al Mirandés, en función de la trayectoria que mantiene prácticamente desde el mes de noviembre y que ha refrendado en la segunda vuelta.
El equipo de Etxeberria ha adquirido la madurez y compenetración necesarias para sacar adelante los partidos con resultados apretados, lo que hace unos meses no sucedía. Todos sus efectivos han ido incrementando la confianza tanto en sí mismos como en el colectivo, hasta el punto de que una de las frases más repetidas es que «se cree en lo que se hace», tal y como se insiste desde el cuerpo técnico y por parte de los futbolistas.
Logra amarrar los encuentros como local y, lo que no es menos importante, añade puntos en las últimas fechas en los duelos que juega a domicilio, otro hecho positivo que ha supuesto aumentar la convicción en sus posibilidades. Y por si no fuera suficiente, a todo eso se suma el sobresaliente nivel, actualmente, que exhiben muchos de los jugadores de la plantilla en todas las líneas del campo. Tanto en la defensiva como en la medular y en la vertiente atacante.
Y quién mejor que el jugador revelación de la categoría en su debut en el fútbol profesional, uno de los delanteros de moda en Segunda por sus goles (17), sus asistencias (7), su calidad y trabajo también fuera del área –el delantero total y moderno– en beneficio del grupo para que lo confirme. Raúl García de Haro así lo ve.
«Sí, creo que sí que se va a hacer corta. Pienso, personalmente, que es una pena el mal inicio que hicimos de temporada cuando no nos salían los resultados, Ahora, estamos dando un muy buen nivel, sobre todo en casa y, además, estamos sumando fuera, que era algo que al principio nos costaba mucho. Así que yo creo que se nos va a hacer corta la Liga porque si hubiéramos sacado más puntos al principio de temporada podríamos haber hecho algo bonito».
Los datos, como siempre, corroboran unas sensaciones que ya eran positivas tiempo atrás, solo que los cuatro partidos consecutivos sin ganar generaron cierta incertidumbre en cuanto a resultados porque el Mirandés mereció más puntos de los obtenidos en ese tramo específico.
Los rojillos se hicieron con un botín de 26 puntos en toda la primera vuelta, 21 jornadas; ahora, en las 16 correspondientes a la segunda suman ya 22, sólo cuatro menos con cinco encuentros todavía por delante antes de que expire el campeonato.
Contabilizan dos triunfos consecutivos. El primero, en un estadio que opta a ver fútbol de Primera División la campaña siguiente porque su titular, el Levante, aspira al ascenso; y el segundo, en un choque siempre especial como es el derbi provincial frente a un rival que hasta este fin de semana era un firme candidato a pelear por incrustarse entre los seis primeros clasificados.
El Mirandés, sin embargo, se encuentra con la flecha hacia arriba después de haberse impulsado a partir de finales del mes de octubre. No es de extrañar, por lo tanto, que en el seno de la plantilla se lamente el irregular arranque del curso.
Ahora, a la calidad que ya existía se añade la confianza, siempre fundamental para alcanzar los retos propuestos.
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