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Ángel Garraza
Lunes, 21 de noviembre 2022, 00:13
Es el último partido de la jornada, el que le puede dar al Mirandés la posibilidad de quedarse a tiro de la zona de salvación. A un punto, siempre y cuando derrote al cuadro murciano. Un hecho nada baladí dadas las circunstancias y que en el cuerpo técnico tienen muy en cuenta. «Llevamos unas serie de partidos sin perder pero necesitamos ganar. Y hacerlo ante el Cartagena nos supondría ver todo desde otra perspectiva teniendo en cuenta de donde venimos», indicó el técnico rojillo, Joseba Etxeberria.
Hoy facilitará la convocatoria –confirmó, eso sí, que ha visto a Raúl García «entrenando muy bien, veremos si juega de inicio o no», pero estará convocado y que Gelabert va a adquirir cada vez más protagonismo–. Dio a las 15 horas del domingo en el estadio la previa, en la que hizo hincapié en que «tenemos que hacernos fuertes en casa, con la ayuda de nuestra gente, si queremos salir de abajo».
No se pueden escapar puntos en Miranda debido a la dificultad que tiene el equipo de sumar de tres a domicilio. De hecho, es el único de Segunda División que aún no lo ha hecho.
Es una semana larga, al jugar en lunes. «Nos permite hacer dos bloques de semana, el primero más intenso, de carga y el segundo más táctico», y acerca de si es mejor conocer los resultados de los rivales al jugar el último, asegura que «prefiero ser el primero en jugar. Te permite centrarte en lo tuyo y no mirar otros partidos, pero no cambia la idea».
Solo una lesión muscular
Que es entorpecer todo lo posible el juego de un adversario que «se encuentra muy cómodo con el balón». Presión tras pérdida, mucho ritmo y precisión es la receta ante un «experimentado rival, que sabe el oficio».
¿A qué achacan que en las últimas semanas haya habido una cascada de lesiones y dolencias, que ha mermado al equipo?, le preguntó este periódico. «Me preocuparía si fuesen musculares, pero solo hay una así, la de Raúl García. Las demás han sido de tobillo, rodilla, problemas estomacales... Con toda la 'tralla' que metemos, estamos teniendo muy pocas lesiones musculares. Es mala suerte, que tiene que cambiar».
Ayer, por otro lado, arrancó el Mundial de Catar, una cita que, inevitablemente, le trae buenos recuerdos al hoy técnico mirandesista. Recuerda, a través de una entrevista ofrecida a los medios del club, el Mundial sub-20 en el que participó y se disputó en el país árabe en 1995.
«Fue una sorpresa ir a esa convocatoria porque tenía 17 años y jugaba en la sub-18. Lo más normal era que si hacían falta delanteros tirasen de la sub-19, pero me llamaron a mí», rememora. Allí coincidió con Raúl y Morientes. Éste se lesionó y a pesar de que el elgoibarrés iba a jugar poco, fue a partir de ese torneo cuando adquirió un nombre en el panorama futbolístico.
«Salí desde el banquillo en el primer partido, marqué dos goles y, finalmente, conseguí la bota de oro. Fue un impulso para mí. Había debutado en Primera División en enero y a los tres meses jugué el Mundial».
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