El club rojillo cumple 96 años en la décima plaza de Segunda y con la permanencia a tiro

Aunque a lo largo de su dilatada historia ha pasado por momentos muy complicados, puede presumir de no haber sufrido desapariciones, refundaciones, cambios de nombre ni cuestiones similares. Dentro de su modestia y humildad, se ha mantenido desde que en la segunda década del siglo pasado fuera creado por un grupo de amigos reunidos en «La Perejilera», un conocido y muy frecuentado local de baile y diversiones de la época.

La primera junta directiva estuvo compuesta por un presidente, el notario Arturo García del Río, un vicepresidente, Mariano Losa, el secretario fue Esteban Sabando, el vicesecretario José de Zúñiga, Pelayo Díaz intervino como contador, las labores de tesorería correspondieron a Jaime de Santiago y como vocales participaron Cipriano Gordo, Luis Fernández, Santos García y Luis García. El capital inicial de esta sociedad estaba constituido por 666 acciones de 15 pesetas cada una. Desde entonces, los colores rojo y negro constituyen la indumentaria del equipo y de uno de los emblemas de la ciudad.

Cumple hoy 96 años y lo hace en segunda División, una categoría que mantendrá para continuar en ella en 2024 a falta solo de que se produzca la confirmación oficial. Está con 11 puntos sobre el descenso con 12 únicamente por jugar. Le vale con obtener el sábado ante el Racing el mismo resultado que coseche el Málaga en su partido o con ganar a los cántabros para no aguardar lo que haga el cuadro andaluz.

Ubicado en mitad de tabla en la recta final de la Liga, todo apunta a que jugará por décima campaña en el fútbol profesional para alegría de Miranda. La futbolística... y la que no lo es tanto.