El árbitro reflejó en el acta el lanzamiento de un mechero y de una petaca de metal

«Anotado el gol en el minuto 59 por el club local CD Mirandés (dorsal nº 9 Sr. D. Raúl García de Haro) y previo a la reanudación del juego, el guardameta local me entrega en el minuto 59: 41, en el centro del terreno de juego, un mechero de plástico lanzado desde la grada inmediatamente anterior a su portería, donde se encontraban ubicados los aficionados pertenecientes al club visitante».

Posteriormente –continuó– «dicho guardameta me vuelve a hacer entrega de una petaca de metal que vuelve a ser lanzada de idéntico graderío, no impactando ninguno de ambos objetos en dicho jugador. Una vez que se entregan sendos objetos a la señora delegada de campo Mayte Porro Araico, se inicia el protocolo establecido por los organismos competentes, estando detenido el encuentro hasta que se produjo el anuncio por megafonía. Una vez reanudado el juego en el minuto 62:58, no se volvió a reincidir en incidentes que afectaran al mencionado protocolo aplicado».

Mientras desde Seguridad no se realizaba labor alguna, a través de megafonía se atendió la solicitud del juez de la contienda y se anunció que si seguían produciéndose los lanzamientos de objetos los jugadores se retirarían a vestuarios. A continuación, seis efectivos de la Policía Nacional se ubicaron en el centro de la grada de ese fondo. A partir de ahí, cesaron los lanzamientos. La afición burgalesista, por órdenes de Seguridad, permaneció en el estadio unos cuantos minutos después de que el resto del recinto quedara desalojado tras la conclusión del derbi.