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Á. G.
Miércoles, 13 de septiembre 2023, 19:40
El Mirandés ha empezado esta mañana de forma conjunta, todo el bloque, a preparar el choque ante el Amorebieta. Será el tercer desplazamiento del campeonato. En el primero, el equipo rojillo cayó por 3-0; en el segundo, mejoró y acabó en tablas el duelo en El Alcoraz frente al Huesca; la de este domingo en Lezama contra el cuadro vizcaíno será la tercera salida para intentar conseguir el signo que falta a domicilio: el de la victoria. «Veo al equipo bastante maduro para traer los tres puntos de vuelta», sostiene Álvaro Sanz.
El centrocampista admite que evitar lo que ocurrió en la recta final del envite ante el Andorra, a pesar de que la victoria cayó del lado mirandesista cuando los del Principado empataron en el tiempo de prolongación un 3 -1 que los de Lisci tenían a su favor, «te lo da la experiencia, la veteranía. Lo del otro día fue un aprendizaje y hay que saber jugar y cambiar el chip cuando el rival te aprieta en esos últimos minutos. No nos va a volver a pasar», lanza el de Caspe.
Reconoce que «cuesta más jugar fuera de casa; pero vamos a ir con esa mentalidad, la de ganar, como siempre vamos a cualquier partido». Eso sí, tiene claro que quien piense que el rival, el Amorebieta en este caso, por el mero hecho de ser un recién ascendido será asequible, se equivoca.
«Cada partido es una final. Si nos pensamos que vamos a ganar de forma cómoda estamos muy equivocados. Ellos son un bloque bastante duro, tenemos que estar sobre todo muy concentrados y agresivos en las segundas jugadas, principalmente cuando el balón rebota en el delantero».
Sabe que el conjunto vasco acostumbra a combinar diferentes estilos de juego: juega directo, va al espacio, juega en corto... «Tiene dos jugadores con los que coincidí en el filial del Barcelona, que son Carbonell y Álvaro Núñez, y saben jugar a todo esto. Pero estar atentos a las segundas jugadas es lo importante».
Como lo es la buena sintonía que, tal y como asegura, existe en el vestuario rojillo. «Se ha hecho un equipo unido, una familia, sin malas caras. Eso es lo que te da la diferencia en Segunda División entre ganar y perder».
Tiene olvidada la lesión que lastró su progresión en pretemporada y al jugar desde el primer encuentro oficial ha ido recuperando el ritmo necesario.
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